Dominar las técnicas de primeros auxilios es clave para poder resolver a tiempo un percance relacionado con la salud, ya se haya originado por un accidente laboral o por un fallo natural en el organismo del paciente. En este post te contamos cuáles son las más habituales a las que, por supuesto, dedicamos buena parte del tiempo en nuestros cursos de primeros auxilios.

Reanimación cardiorrespiratoria o RCP

La Reanimación Cardiorrespiratoria (RCP), que también recibe el nombre de Soporte Vital Básico (SBV), se trata de una de las técnicas más comunes y básicas. Y por ello, lo ideal sería que la mayoría de la población supiera realizarla, de ahí que sus cursos de aprendizaje estén entre los más demandados por empresas y centros de trabajo. Se debe realizar a una persona que ha dejado de respirar o cuyo corazón ha parado de latir. El objetivo de esta técnica es mantener el flujo de sangre oxigenada hacia el cerebro y otros órganos vitales, a la espera que reciba un tratamiento médico más específico. Por tanto, con esta maniobra se busca ganar tiempo y mantener con vida al afectado. La RCP se realiza mediante compresiones torácicas y ventilación manual insuflando aire por la boca. Una herramienta que ofrece una ayuda fundamental es el desfibrilador DESA, pues por medio de sus descargas sobre la zona torácica se puede llegar a revertir la situación de parada cardiorrespiratoria.

Maniobra de Heimlich

Esta es la técnica de primeros auxilios que se debe hacer cuando se produce un atragantamiento, es decir, cuando un trozo de alimento o un objeto de pequeñas dimensiones obstruye un conducto respiratorio, normalmente la tráquea. Dado que este problema se le puede presentar a cualquier persona en su vida cotidiana, su conocimiento y dominio debería estar extendido, al igual que la RCP. Recibe el nombre del médico estadounidense que la desarrolló, como alternativa a las clásicas palmadas en la espalda que, paradójicamente, pueden agravar el problema hundiendo aún más el objeto obstructor. La clave de esta maniobra es la compresión abdominal en el lugar adecuado, con movimientos ascendentes rápidos. Conviene recordar que los bebés, por su constitución física más frágil, no pueden recibir esta técnica y se les realiza una maniobra alternativa.

Torniquete

Esta técnica de primeros auxilios es más compleja y se realiza cuando hay una hemorragia grave, lo cual puede producirse en determinados puestos laborales con herramientas cortantes o en un accidente de tráfico, pero también en situaciones más cotidianas, como el corte con un trozo de vidrio, por ejemplo. Para realizar con éxito esta maniobra es importante conocer el tipo de hemorragia que presenta (externa, interna, exteriorizada), así como otros detalles clave: el lugar sobre el que se debe realizar, el tiempo que se debe aplicar, etc.

Otras técnicas de primeros auxilios

Además de la RCP, la maniobra de Heimlich y el torniquete, hay otras intervenciones que toda persona debería conocer, aunque en ellas no haya riesgo para la vida de la persona afectada. En este sentido, una técnica de primeros auxilios muy habitual es el vendaje, que se emplea con fines diferentes: detener una hemorragia, dar estabilidad a una articulación lesionada o fijar un apósito, entre otras.

La limpieza de una herida es también una actuación importante, pues evita que surja una infección que agravaría la situación. Por último, el tratamiento de una quemadura es otra técnica que debería ser de conocimiento generalizado, pues con ella se consigue un rápido alivio del dolor, aunque una mala intervención podría lesionar aún más el tejido dañado.

Por todo ello, resulta fundamental conocer y dominar cada técnica de primeros auxilios, algo que te enseña GEPCO Formación mediante diferentes cursos de formación con parte teórica y práctica. ¡Infórmate ahora!

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