Un equipo de respiración autónoma significa que no depende del aire ambiente, sino que cuenta con su propia fuente de oxígeno o aire comprimido, lo que permite al usuario respirar con seguridad incluso en condiciones extremas, como incendios, atmósferas químicas o espacios confinados sin ventilación.

La palabra “autónoma” implica precisamente esa independencia del entorno, lo que lo diferencia de otros sistemas como los filtros o mascarillas que dependen del aire exterior.