Qué es una emergencia sanitaria: diferencias con una urgencia

En muchas ocasiones, los términos de emergencia sanitaria y urgencia sanitaria se utilizan indistintamente. Sin embargo, no son exactamente lo mismo. En este post tratamos de explicarte de forma breve la diferencia entre un concepto y otro para que sientes la base de tu conocimiento en esta materia. Esto te será de gran utilidad si convives con personas potencialmente vulnerables (ancianos, dependientes o niños) o si tienes responsabilidad en un determinado lugar, como un centro de trabajo.

Por emergencia sanitaria se entiende aquella situación en la que la vida del enfermo peligra de forma inminente. En cambio, en una urgencia sanitaria la situación es grave y preocupante, pero ni la vida del enfermo o ni alguna parte vital de su organismo se ven inminentemente amenazadas, al menos en el plazo de varias horas.

Esta diferencia, por tanto, influye directamente en el tiempo de actuación sobre el enfermo. Durante una emergencia sanitaria, debe ser asistido lo más rápidamente posible, sin ningún tipo de dilación. Por tanto, está totalmente justificado el uso de ambulancias y otros medios para atender inmediatamente a la persona afectada. En cambio, en una urgencia hay más margen de actuación, siendo razonable que el enfermo acuda por sus propios medios al hospital y sea atendido conforme al orden que marque el protocolo.

Como decíamos, en una emergencia sanitaria hay que llamar a una ambulancia o solicitar asistencia inmediata por parte de un experto. Pero, ¿cuándo estamos ante esta situación? Estos son algunos ejemplos en los que puede surgir la necesidad de actuar de manera inmediata, con desplazamiento al lugar si es necesario:

Aunque la emergencia sanitaria de un enfermo hace referencia a las situaciones arriba comentadas, este término también se utiliza en otros ámbitos. Por ejemplo, el de emergencia sanitaria internacional, acuñado por la Organización Mundial de la Salud y con un significado diferente.

En este caso, hace referencia a aquellos eventos extraordinarios que generan

“un riesgo para la salud pública de otros Estados a través de la propagación internacional de la enfermedad”.

Este evento extraordinario, además, podría requerir una respuesta internacional coordinada por este propio organismo. El ejemplo más claro de esta situación son las epidemias y las pandemias, como ha ocurrido recientemente con la del Covid-19.

Otro contexto en el que se usa este término es el de estado de emergencia sanitaria, una clasificación contemplada en las Constituciones de determinados países para indicar la situación de extrema gravedad por la que se atraviesa. Y con ello, dar paraguas jurídico a medidas extraordinarias que sus Gobiernos deben tomar, como limitar algunos derechos y libertades, por ejemplo la movilidad o la reunión de personas.