¿Qué es el riesgo eléctrico?

Qué es el riesgo eléctrico y cómo gestionarlo en tu empresa

El riesgo eléctrico está presente en prácticamente cualquier centro de trabajo, desde una pequeña oficina hasta una planta industrial o una instalación de telecomunicaciones. No se trata solo de “recibir una descarga”: hablamos de un conjunto de peligros que pueden provocar desde quemaduras y caídas hasta una parada cardiorrespiratoria o un incendio grave.

En España, el Real Decreto 614/2001 establece las disposiciones mínimas de seguridad para proteger a los trabajadores frente al riesgo eléctrico en los lugares de trabajo, regulando tanto las instalaciones como las técnicas y procedimientos para trabajar en ellas o en su proximidad.

Para las empresas, entender bien qué es el riesgo eléctrico y cómo controlarlo es clave para cumplir la normativa, pero sobre todo para evitar accidentes graves. Y, en el caso del sector de las telecomunicaciones, la mejor palanca para conseguirlo es invertir en una buena formación en riesgo eléctrico para técnicos TELCO que combine normativa y práctica real en campo.

 

Qué se entiende por riesgo eléctrico en PRL

En prevención de riesgos laborales, el riesgo eléctrico es la posibilidad de que la energía eléctrica provoque un daño a las personas, ya sea de forma directa (contacto con partes en tensión) o indirecta (fallos de aislamiento, masas puestas accidentalmente en tensión, arcos eléctricos, incendios, etc.).

El propio RD 614/2001 deja claro que este riesgo debe evaluarse tanto en las instalaciones eléctricas como en los trabajos que se realizan en ellas o en sus proximidades, y que el empresario está obligado a adoptar medidas para que de la utilización de la energía eléctrica no se deriven riesgos para la salud de los trabajadores o, si no es posible eliminarlos, que se reduzcan al mínimo.

 

Peligro eléctrico vs riesgo eléctrico

Conviene diferenciar:

  • Peligro eléctrico: la fuente de daño (una línea en tensión, un cuadro sin resguardo, un cable pelado, un arco eléctrico posible, etc.).
  • Riesgo eléctrico: la probabilidad de que ese peligro cause un daño concreto, teniendo en cuenta cómo se trabaja, durante cuánto tiempo, qué protección existe, qué formación tiene el trabajador, etc.

La misión del responsable de PRL no es solo detectar peligros, sino reducir el riesgo mediante diseño seguro, procedimientos, equipos de protección y formación adecuada.

 

Tipos de riesgo eléctrico más habituales

De forma simplificada, podemos hablar de varios escenarios de riesgo eléctrico habituales:

  • Contactos directos: el trabajador toca partes activas en tensión (bornes, barras, conductores desnudos…).
  • Contactos indirectos: el trabajador toca masas metálicas que han quedado accidentalmente en tensión por un fallo de aislamiento.
  • Arco eléctrico: ionización del aire que genera un arco con temperaturas muy elevadas, proyección de partículas y ondas de presión.
  • Incendios y explosiones: sobrecalentamientos, cortocircuitos o chispas en atmósferas inflamables.
  • Efectos indirectos: caídas desde altura, golpes o atrapamientos provocados por una descarga o un sobresalto.

Consecuencias del riesgo eléctrico

Las consecuencias del riesgo eléctrico pueden ser muy graves tanto para las personas como para la empresa:

  • Daños en las personas: quemaduras, fibrilación ventricular, parada cardiorrespiratoria, lesiones neurológicas, caídas derivadas del choque eléctrico, etc.
  • Daños materiales: incendios en cuadros, destrucción de equipos, paradas de producción, daños en instalaciones críticas.
  • Impacto legal y reputacional: sanciones por incumplimiento de la normativa, reclamaciones civiles y penales, pérdida de confianza de clientes y trabajadores.

Por eso, más allá de cumplir con el RD 614/2001, muchas organizaciones integran el riesgo eléctrico como uno de los ejes de su plan de prevención y su plan de formación anual.

Trabajos y sectores con mayor exposición al riesgo eléctrico

Cualquier empresa con instalaciones eléctricas tiene algún grado de exposición, pero hay sectores y puestos especialmente sensibles:

  • Mantenimiento eléctrico y electromecánico.
  • Montaje de cuadros y equipos eléctricos.
  • Construcción y obra civil (grúas, andamios, herramientas eléctricas…).
  • Instalaciones industriales con atmósferas inflamables.
  • Telecomunicaciones (TELCO): trabajos en mástiles, cubiertas, salas técnicas, cámaras de registro, etc.

En el sector TELCO, los trabajadores pueden quedar expuestos al riesgo eléctrico incluso cuando su oficio principal no es eléctrico (instalación de equipos, cableado, trabajos en altura próximos a líneas o equipos en tensión). Por eso el estándar TELCO exige una formación específica y acreditada para operar en condiciones de seguridad.

Si gestionas equipos en este ámbito, es clave que tus técnicos completen un curso especializado TELCO riesgo eléctrico que les capacite como trabajadores autorizados, les ayude a identificar situaciones críticas y les enseñe a aplicar procedimientos seguros sobre instalaciones reales.

Cómo evaluar el riesgo eléctrico en tu centro de trabajo

Desde la óptica de un responsable de PRL/HSE, una evaluación básica del riesgo eléctrico suele pasar por varios pasos:

  1. Inventariar instalaciones y equipos eléctricos: cuadros generales, centros de transformación, líneas, máquinas, equipos portátiles, zonas húmedas o conductoras, etc.
  2. Identificar tareas y puestos que se realizan en las instalaciones o en su proximidad: trabajos sin tensión, en proximidad o con tensión, mantenimiento rutinario, intervenciones extraordinarias, etc.
  3. Clasificar a los trabajadores según sus funciones y su nivel de capacitación (no eléctricos, autorizados, cualificados), tal y como recoge el RD 614/2001 y la Guía técnica del INSST sobre riesgo eléctrico.
  4. Analizar probabilidad y consecuencias de cada situación de trabajo (contactos directos, indirectos, arcos, incendios) y definir medidas técnicas, organizativas y de formación.
  5. Documentar procedimientos y permisos de trabajo para operaciones con especial criticidad (bloqueo-etiquetado, consignaciones, trabajos en proximidad de líneas, etc.).

¿Cuáles son las 5 reglas de oro del riesgo eléctrico?

Antes de intervenir en una instalación eléctrica, la normativa y las buenas prácticas de prevención recogen una serie de pasos básicos que deben cumplirse siempre. Son las conocidas “5 reglas de oro”, que ayudan a garantizar que la instalación está en condiciones seguras para trabajar y que el riesgo de contacto eléctrico o arco se reduce al mínimo.

En línea con el Real Decreto 614/2001 y la Guía técnica del INSST sobre riesgo eléctrico, estas 5 reglas de oro se resumen así:

  1. Cortar todas las fuentes de tensión. Desconectar la instalación o la parte de instalación en la que se va a trabajar, mediante los dispositivos previstos para ello.
  2. Prevenir cualquier posibilidad de reconexión. Bloquear, enclavar o asegurar los aparatos de corte y señalizar de forma clara que no deben ser maniobrados.
  3. Verificar la ausencia de tensión. Comprobar con los equipos adecuados que realmente no hay tensión antes de iniciar el trabajo.
  4. Poner a tierra y en cortocircuito la instalación. Conectar a tierra las partes que han estado en tensión y, cuando proceda, ponerlas en cortocircuito para evitar que puedan volver a quedar peligrosamente energizadas.
  5. Delimitar y señalizar la zona de trabajo. Proteger, balizar y señalizar el área en la que se va a intervenir para evitar accesos no autorizados y confusiones con partes de la instalación que puedan seguir en tensión.

 

Medidas preventivas clave frente al riesgo eléctrico

Una vez evaluado el riesgo, las medidas preventivas se apoyan en cuatro grandes bloques:

1. Medidas técnicas

  • Diseño adecuado de las instalaciones en función del ambiente y el tipo de actividad.
  • Protección de contactos directos e indirectos (aislamientos, envolventes, diferenciales, puesta a tierra…).
  • Seccionamiento, bloqueo y señalización de circuitos antes de intervenir.
  • Mantenimiento periódico y registros de inspección.

2. Procedimientos de trabajo seguros

  • Planificar el trabajo priorizando trabajos sin tensión, aplicando las cinco reglas de oro para asegurar la ausencia de tensión antes de intervenir.
  • Definir claramente quién puede trabajar y en qué condiciones (autorizado/cualificado).
  • Establecer instrucciones para trabajos en proximidad, maniobras, consignaciones y coordinación de actividades empresariales.

3. Equipos de protección adecuados

  • EPIs aislantes: guantes dieléctricos, pantallas faciales, calzado aislante.
  • Herramientas aisladas, detectores de tensión, elementos de seccionamiento.
  • Equipos de extinción compatibles con riesgo eléctrico (según nivel de tensión).

4. Formación y capacitación de los trabajadores

Sin formación, el riesgo eléctrico se convierte en una incógnita peligrosa. La normativa exige que los trabajadores reciban formación e información específica en función de las tareas que realizan y del tipo de instalación en la que trabajan.

En GEPCO, esta necesidad se traduce en varias líneas formativas:

  • Para técnicos de telecomunicaciones que trabajan en proximidad a instalaciones eléctricas, el curso especializado TELCO riesgo eléctrico combina formación teórico-práctica, grupos reducidos y prácticas sobre elementos reales, y está homologado según los requisitos del estándar TELCO.
  • Para operadores que necesitan una visión global (trabajos en altura, espacios confinados, riesgo eléctrico, primeros auxilios, EPIs), el curso especializado TELCO integra todos estos bloques en una única formación, alineada con las exigencias de las principales compañías del sector.
  • Y para otros entornos industriales, puedes complementar tu evaluación de riesgos con las distintas formaciones PRL específicas (espacios confinados, trabajos en altura, carretilla elevadora, etc.), reduciendo el riesgo global de tu operación.

 

Conclusión: del concepto a la práctica

Saber qué es el riesgo eléctrico es solo el primer paso. La verdadera diferencia está en cómo lo integras en tu sistema de prevención:

  • Evaluando correctamente instalaciones, tareas y perfiles de trabajador.
  • Implantando medidas técnicas y procedimientos de trabajo acordes al Real Decreto 614/2001.
  • Y, sobre todo, asegurando que las personas que trabajan en proximidad a la energía eléctrica cuentan con la formación específica y actualizada que necesitan.

Si gestionas equipos en el sector TELCO o en entornos con instalaciones eléctricas complejas, revisar tu plan de formación en riesgo eléctrico es una de las decisiones con mayor impacto en la seguridad real del día a día. Y ahí es donde formaciones como el curso especializado TELCO riesgo eléctrico se convierten en una herramienta clave para proteger a tu gente y garantizar la continuidad operativa de tu organización.

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